La investigación y los servicios estudiantiles entre las áreas más atacadas por el hampa durante el 2020
Aunque la cuarentena sirvió para contener parcialmente las cifras de contagio por COVID-19, también provocó que aumentaran las acciones del hampa contra las universidades públicas venezolanas, especialmente, en las áreas de investigación y servicios estudiantiles.
Desde el decreto de cuarentena social, anunciada por las autoridades del Estado, se han suscitado en las instalaciones universitarias una cuantiosa cantidad de hurtos, robos, saqueos, destrozos y desmantelamientos sistemáticos: Aula Abierta constató que, entre marzo y diciembre de 2020, se efectuaron 175 incidentes de inseguridad.
De los 175 actos vandálicos documentados, al menos, 10 afectaron actividades de investigación y 17 servicios estudiantiles para un total de 27 ingresos del hampa a los recintos universitarios, en estas áreas específicas.
En dichos incidentes hubo desde el robo de materiales y equipos de los institutos de investigación, hasta incendios que afectaron las instalaciones y ocasionaron la pérdida de bases de datos con información histórica sobre trabajos de investigación científica y ejemplares de libros únicos en el país. Estos actos han obstruido las posibilidades de académicos y científicos para desarrollar la búsqueda del conocimiento, lo que consecuentemente genera un atraso en la sociedad.
En cuanto a los servicios, se reportaron el hurto de materiales como utensilios, libros, piezas de vehículos y daños físicos en las instalaciones, lo que perjudica a la comunidad estudiantil porque le impide contar con un apoyo fundamental que les permite continuar su proceso de formación.
Basados en el artículo 13 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales, Culturales (PIDESC) de 1966 y el artículo 26 de la Declaración Universal de Derecho Humanos, estos actos son una violación al derecho a la educación, la libertad académica y la autonomía universitaria.
Quema de libros y destrozos en la UDO
La zona oriente sufrió significativos incidentes de inseguridad que afectan el desenvolvimiento de las actividades docentes. Uno de los más significativos, debido al impacto académico, como quedó documentado en el informe “Incidentes de inseguridad en universidades durante la cuarentena con ocasión al COVID-19: un reto para la libertad académica y la educación de calidad”, de Aula Abierta, se trata del incendio de la Biblioteca Central del Núcleo Sucre de la Universidad de Oriente (UDO), el pasado 01 de mayo. Este hecho llamó la atención porque durante 6 horas estuvo presente el fuego que acabó con años de dotación de material bibliográfico, documental y con una producción intelectual invaluable.
El incendio fue disipado cuando ya se habían perdido innumerables cantidades de libros y trabajos de grado. Los bomberos llegaron tarde por problemas con la escasez de combustible.
Otro suceso similar ocurrió el 17 de abril en el Instituto Oceanográfico de la UDO, donde se quemaron grandes cantidades de material de investigación, así como equipos, debido a que se atrasó la llegada de los bomberos al lugar por circunstancias como la escasez de gasolina; también por motivos de inseguridad, pues se requería de custodia policial.
Mediante un comunicado, la Asociación Venezolana de Rectores Universitarios (AVERU) rechazó el hecho que dejó en cenizas los pocos documentos, papeles y equipos que quedaban en el Instituto; además, acusaron de silencio, inacción y omisión a los cuerpos de seguridad regional, Ministerio Público, Defensoría del Pueblo y demás órganos del Estado, porque no velaron por la seguridad y resguardo de bienes de la nación destinados a la Educación Superior.
Ante el incendio y el desmantelamiento de la sede, se vieron afectados 30 alumnos de maestría, 10 de doctorado y 50 tesistas de Ciencias que estaban destinados a atender las actividades en el Instituto Oceanográfico. La directora del Instituto, Marye Jiménez, consideró difícil la vuelta a las clases posterior a la cuarentena en observancia al hecho.
El hampa asaltó recurrentemente las bibliotecas: el 05 de mayo fueron sustraidos equipos eléctricos, cableado eléctrico, aires acondicionados y material de oficina en Biblioteca Central y al área de Tecnología Educativa del Núcleo de Anzoátegui y dos días después fue destrozada la Biblioteca de Ciencias de la Tierra del Núcleo Ciudad Bolívar.
En abril de 2020 desmantelaron los comedores de forma simultánea en los núcleos Sucre, Monagas, Bolívar y Anzoátegui. A finales del mes de marzo fueron hurtados materiales y mobiliario en el comedor del Núcleo Nueva Esparta y una semana después en el de la Escuela de Ciencias de la Tierra del Núcleo Ciudad Bolívar.
Nuevamente, delincuentes atacaron un área de investigación: el 23 de septiembre ingresaron al Departamento de Bioanálisis de la UDO del Núcleo Bolívar. En edta incursion, el hampa se llevó reactivos químicos.
Al siguiente mes le tocó a la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL). El 30 de octubre individuos ingresaron en las instalaciones de la biblioteca en Maturín, los mismos causaron destrozos en distintos espacios.
8 incursiones del hampa en la región Central
Los registros de actos delincuenciales por parte de Aula Abierta en la región central de Venezuela, durante la cuarentena por COVID-19, comenzaron el 6 de abril de 2020, cuando cinco sujetos armados robaron en las instalaciones del Instituto de Medicina Tropical de la Universidad Central de Venezuela (UCV); además, golpearon y amordazaron al personal de seguridad.
La semana siguiente individuos ingresaron a las instalaciones del Comedor Universitario y de la Biblioteca de la UCV – Núcleo Cagua, causando destrozos y hurtando algunos utensilios.
Tan solo un mes después, el 12 de mayo, se produjo el robo de la única unidad de transporte operativa de la Escuela de Geología, Minas y Geofísica de la Facultad de Ingeniería. Diez días posteriores volvió el hampa al recinto: el cafetín llamado “El Cuadrado” de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la universidad, fue desvalijado.
El último hecho registrado por Aula Abierta en la UCV, que afectó los servicios estudiantiles, fue en fecha 28 de junio de 2020, cuando sujetos hurtaron cableado, brequeras y dos lavamanos del Comedor Universitario Núcleo Cagua.
Pero en investigación, el 03 de agosto fue la última incursión. En esta ocasión fue afectado el Instituto de Medicina Tropical, específicamente en el Departamento de Entomología Médica “Dr. Pablo Anduze” (S.E.M.P.A): fueron desvalijados al menos cinco puertas, un lavamos y una poceta.
La Universidad Experimental Libertador (UPEL) también sufrió incidentes de inseguridad. En el Núcleo El Mácaro, el 25 de mayo se llevaron ocho cauchos de una unidad del transporte estudiantil. El Presidente del Centro de Estudiantes de la institución, Raúl Oliveros, informó en entrevista para El Pitazo que para aquel momento ya se enumeraban 13 robos en la universidad en lo que iba de confinamiento.
Desmantelamientos sistemáticos
Cuatro hechos delictivos se han perpetrado en la Universidad de Los Andes (ULA) y uno en la Universidad Experimental del Táchira (UNET). En esta última, el 26 de mayo, individuos desmantelaron el aire acondicionado que mantenía conservados los especímenes vegetales del herbario “J.J. Pacheco” del Jardín Botánico en el Parque Natural de Paramillo. Allí se encontraban alojadas 20 mil especies vegetales colectadas en casi toda la región.
En la ULA los incidentes englobados a daños en la investigación y de servicios estudiantiles se empezaron a contabilizar el 15 de abril, luego de un saqueo en el cafetín del Núcleo Táchira y de un reporte de hurto –a tan solo 5 días del anterior– en un laboratorio de la Facultad de Ciencias, donde se desarrolla el Tren Electromagnético (TELMAG).
Según denuncias, los vigilantes llamaron a los números que disponen de la policía, el cuadrante y el 171, pero no tuvieron respuesta oportuna.
En dos ocasiones más, durante el aislamiento social en el 2020, el hampa visitó las instalaciones del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (IIAP), ubicadas en Santa Rosa, y del Centro de Investigación y Propiedad Intelectual de la ULA, para desmantelarlas.
Tres asaltos en LUZ y dos en la UCLA
La zona Occidente sufrió 5 incidentes, de los cuales tres perjudicaron las actividades de investigación; y dos los servicios estudiantiles.
En la Universidad del Zulia (LUZ) entre el 29 y 30 de agosto de 2020, individuos ingresaron a las instalaciones del Centro de Estudios de Corrosión de la Facultad de Ingeniería. Según informó para Aula Abierta el director de Administración de la Facultad de Ingeniería de LUZ, Antonio De Turris, fue hurtado una cortadora de concreto, así como rompieron los candados del laboratorio de concreto y ocasionaron otros destrozos.
Un mes después, el 28 de septiembre, individuos ingresaron en las instalaciones del Núcleo Punto Fijo de LUZ. Se sustrajeron insumos y equipos de laboratorios; además, fueron destrozadas las oficinas del Servicio de Archivos e Información (CEDIA), de Recursos Instruccionales y de Recursos Humanos.
El CEDIA ya había sido violentado, pero una vez más sufrió daños el 16 de noviembre en su sede en Maracaibo. Este hecho ocasionó la perdida información importante como la data de estudiantes y empleados.
Por otro lado, en la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA), en sus distintos núcleos, los incidentes de inseguridad afectaron tanto el servicio de comedores, como la biblioteca.
El 03 de junio de 2020, un grupo de individuos ingresaron a las instalaciones del comedor del Núcleo Carora de UCLA. Allí destrozaron ventanas y cerraduras, sustrajeron material de cocina, extractores, extintores, artículos de oficina, cables, brequeras. Dos días después, un grupo de delincuentes entró a la biblioteca del Decanato de Ingeniería Civil, donde se llevaron el aire acondicionado.