Venezuela sin agua: Presa fácil del Coronavirus

En este momento, el acceso al agua es de vital importancia para evitar el contagio por el COVID-19, en Venezuela el desabastecimiento de agua impide las recomendaciones de prevención de la OMS.

El gobierno venezolano incumple las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y las Naciones Unidas (ONU, al no garantizar el suministro constante de agua en hospitales y en los hogares, como principal recurso para la prevención y combate del COVID-19.

La OMS recomienda lavarse las manos con frecuencia para prevenir el contagio del Coronavirus, el mejor mecanismo es aplicarse suficiente jabón, frotar las palmas de las manos, entrelazar los dedos, rodear los pulgares y enjuagar, proceso que debe durar mínimo unos 40 segundos. Sin embargo, los venezolanos no tienen cómo acatar estas indicaciones porque en sus casas no hay un regular suministro de agua.

Para el investigador Amenhotep Planas y el licenciado en Biología Alejandro Luy, más del 80% de la población no recibe el servicio el agua potable regularmente en las entidades federales, es decir, que no obtienen el suministro una vez cada tres días o una vez cada cinco días.

Explican que el agua acumulada o reservada tiende a descomponerse, por ello, debe permanecer en un fluido constante, pero por el irregular suministro los venezolanos deben almacenarla y hervirla para su consumo.

Estos datos fueron presentados en el 175 Período de Sesiones de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH) por el coordinador de investigación e incidencia de Aula Abierta, Ricardo Villalobos, quien hizo referencia, además, al estudio realizado por el Observatorio Venezolano de Servicios Públicos (OVSP), según el cual el agua potable es el servicio peor evaluado por los venezolanos, con una valoración negativa del 65,9%.

El OVSP realizó una encuesta a la ciudadanía sobre la prestación del servicio de agua en los últimos 6 meses del 2019 y encontraron que solo el 16,7% de los interrogados contaban con un suministro continúo de agua en sus hogares; además, casi el 40% señaló recibir el recurso una a cuatro veces por semana.

En cuanto a la planificación estratégica para la distribución y abastecimiento, Amenhotep Planas afirma que los racionamientos del agua no obedecen a un plan organizado, el usuario no sabe cuándo tendrá el servicio ni cuánto tiempo le va a durar.

“Hay ciudades que pueden durar 15, 30 o 40 días sin el servicio y cuando se distribuye dura una o dos horas, máximo 4 horas”, denunció el investigador en una consulta realizada por Aula Abierta.

Las zonas más afectadas por el desabastecimiento de agua son la Guajira venezolana (al norte del Estado Zulia) y la Península de Paraguaná (estado Falcón). Habitantes de esas áreas denunciaron ante Aula Abierta que pueden pasar 40 días seguidos sin recibir el servicio de agua potable.

Además, las veces que se distribuye el agua por tuberías llega con turbidez, presentando residuos fólicos, arena o sucios, mal olor y un extraño color amarillento o marrón, lo cual no es apto para el consumo humano porque las condiciones de distribución y almacenamiento no son las adecuadas ni recomendadas por la Organización Mundial de la Salud.

Hospitales sin agua potable

Aunque el gobierno venezolano aseguró que dispuso, al menos, 46 hospitales para la atención de casos de COVID-19 y que se cumple con los suministros necesarios para el mantenimiento de las unidades de salud, el personal médico ha denunciado que carecen de un recurso esencial: el agua.

El informe publicado en junio de 2019 por la Alta Comisionada para los derechos humanos de las Naciones Unidas, Michelle Bachelet, señala que el agua es de los factores subyacentes determinantes de la salud, el cual falta en los hospitales de Venezuela.

Ante ello, Bachelet ratificó, en su último pronunciamiento, que se debe proteger al personal de salud, “es de especial importancia la protección de la salud de los propios trabajadores sanitarios y las autoridades nunca deberían sancionar a los profesionales de la medicina porque estos señalen las deficiencias que adolece la respuesta a la crisis”, declaró.

Por otro lado, el comisionado para la ONU, Miguel Pizarro, presentó el primer Boletín de la Verdad: Condiciones para atender Covid-19 en Venezuela, donde reseñó que el 62% de los hospitales de Venezuela no tiene agua.

“Los hospitales no cuentan con agua o tienen agua intermitente una vez a la semana”, se lee en el documento.

También señaló que el 60% de los hospitales no tiene jabón para lavarse las manos y el 76% de esos centros de salud no cuenta con guantes y mascarillas.

Esta problemática sería un factor que podría incrementar la tasa de contagiados en Venezuela, ya que es necesario el abastecimiento de agua para mantener los espacios y superficies limpias en los hospitales.

Pronunciamiento de la ONU: Gobiernos deben garantizar el servicio de agua

Diez expertos independientes nombrados por el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas manifestaron que los gobiernos deben proporcionar acceso continuo a suficiente agua tanto a las personas vulnerables como a los 2 200 millones de personas en todo el mundo.

“Las personas que viven en asentamientos informales, las personas sin hogar, las poblaciones rurales, las mujeres, los niños, las personas mayores, las personas con discapacidad, los migrantes, los refugiados y todos los demás grupos vulnerables a los efectos de la pandemia deben tener acceso continuo a agua suficiente y asequible“, expresaron en un comunicado emitido el pasado lunes.

“También es esencial que proporcionen agua sin costo durante la crisis a las personas en situación de pobreza y a las personas afectadas por las próximas dificultades económicas. Los proveedores de servicios públicos y privados deben ser obligados a cumplir con estas medidas fundamentales”, agregaron.

Los expertos destacaron que de esa manera se permitirá cumplir con las recomendaciones de las instituciones de salud para mantener estrictas medidas de higiene.

Además, manifestaron que para las personas más “privilegiadas” lavarse las manos con jabón y agua limpia es un gesto sencillo, pero para algunos grupos es un lujo que no pueden permitirse.

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