Aula Abierta: Al 80% de los venezolanos se le viola el derecho al agua y saneamiento
Los venezolanos enfrentan una Emergencia Humanitaria Compleja, agravada en el contexto de la pandemia por COVID-19, virus que según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es vital combatir con un aseo recurrente y lavado de manos. Sin embargo, en Venezuela existe un patrón de vulneración a los derechos humanos del acceso al agua y el saneamiento que impide cumplir la recomendación, al no garantizar los 50 litros que, en promedio, una persona necesita al día.
Cada día que transcurre se vuelve más complicado para los ciudadanos por la accesibilidad física y asequibilidad del agua y saneamiento, pues los problemas de suministro de agua intentan ser contrarrestados con racionamientos del servicio, porque el sistema hídrico creado en los años cincuenta para cubrir una población aproximada de 9,2 millones de habitantes no suficiente para satisfacer la demanda de una población de alrededor de 31,9 millones de personas, en el 2020.
El investigador Amenhotep Planas alerto que estos “racionamientos” no obedecen a una planificación estratégica, “el usuario no sabe cuándo tendrá el servicio de agua ni que tiempo le va a durar”. Además, reseño que hay ciudades que pueden pasar entre 15 y 30 días sin el servicio y cuando se distribuye dura una o dos horas, máximo unas cuatro. “No hay lugares que puedan certificarse que el suministro de agua les dure 24 horas por jornada”, manifestó Planas.
En Venezuela, existen violaciones a la disponibilidad de agua y saneamiento, pues más del 80% de la población en las entidades federales declaran que no reciben el servicio de agua potable regularmente y como medida de solución deben reservarla, pero esto podría causar enfermedades, el agua acumulada tiende a descomponerse y lo más sano es que permanezca en un fluido contaste, informó Planas.
Aula Abierta mediante una investigación, presentada en el “Informe Preliminar: Emergencia de la Energía Eléctrica, Agua y Saneamiento y Gestión de Residuos Sólidos en Venezuela (Año 2019-Abril 2020)”, realizó una encuesta a venezolanos para constatar la situación aguda del servicio de agua y como primer dato encontraron que el 85.1% de ellos tiene accesibilidad física a agua por tuberías, mientras un 14,9% no.
Además, los venezolanos al no disponer de agua en sus hogares buscan tuberías en las calles para abastecerse. El 29.7% aseguró buscar una tubería fuera de su casa algunas veces.
El investigador Planas, colaborador del informe, evidenció que en los estados Falcón, Zulia, Táchira y Mérida el servicio no funciona en ninguna de las zonas. “En el caso del estado Zulia, la Costa Oriental del Lago ha esperado durante 15 años una Batimetría en la represa de Burro Negro y Machando, pero el gobierno se niega. A pesar de que en los embalses de la Costa Oriental, como en la Costa Este del Lago de Maracaibo hay problemas de distribución. En el estado Táchira hay muchos ríos (fuentes hídricas), pero la población no cuenta con el servicio de forma regular”, explicó el investigador Planas.
Crisis por negligencia del Estado obliga a utilizar métodos alternativos para conseguir agua
Al igual que las personas que deben salir de sus casas en búsqueda de una tubería abierta, teniendo que cargar con botellones o pipotes, existe otro grupo que recurre a un método costoso para adquirir agua: los camiones cisternas.
De los encuestados un 48.2% alegó pagar un camión cisterna, la mayoría indicó que el pago se había realizado en dólares ($) americanos, entre un mínimo de 20$ y máximo 50$, una cifra impagable comparado al salario mínimo en Venezuela.
Ahora bien, la pregunta es qué pasa con aquellos que no tienen una tubería cerca por donde salga agua ni tienen cómo pagar en moneda extranjera. A ello ni el Gobierno tiene respuesta, simplemente estas personas se ven afectadas en su higiene personal, en las limpieza de sus casas hasta en su alimentación porque no hay el recurso más importante para preparar la comida.
En relación, un 79.8% de los encuestado aseguró que sin agua su alimentación se ve afectada, la mayoría respondió la pregunta ¿cómo consigue agua para cocinar?, asegurando que compra botellones de agua o hierve la almacenada.
En medio de las circunstancias por la pandemia, esta población se vuelve vulnerable a contagiarse de Coronavirus, pues no pueden seguir fielmente las recomendaciones de la OMS de lavarse las manos continuamente para evitar la propagación del virus.
Entre otros datos, también manifestó un 74.6% que no cuenta con agua por tuberías durante los apagones generales que han padecido en los últimos meses y el 67.5% aseguró que la falta de agua afecta su trabajo.
Todo ello se debe a los bajos niveles de inversión gubernamental en materia de infraestructura urbana, y a la expansión urbana espontánea. El investigador Amenhotep Planas en una entrevista para Aula Abierta denunció que se debe a la ineficiencia del organismo correspondiente.
A su vez durante el foro sobre la crisis de servicios públicos, el profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Los Andes, Douglas Gil Contreras, reconoció la negligencia, pero acotó que la problemática comienza por una “debilidad institucional” generando un deterioro porque existe en la ciudadanía una “cultura” de no pagar los servicios públicos.
Agua turbia y colorada es lo que llega
De la investigación de Aula Abierta, el 41.2% de los encuestados aseguró que el agua que sale por tuberías no es limpia y el 85.1% afirmó que dicha agua no es apta para el consumo. Las veces que se distribuye el agua por tuberías llega con turbidez, presentando residuos fólicos, arena o sucios, mal olor y un extraño color amarillento o marrón, estas condiciones de distribución y almacenamiento no son las adecuadas ni recomendadas por la Organización Mundial de la Salud.
Caracas, seca
La ingeniera María Virginia Najul, expuso para Aula Abierta que le resulta difícil comprender que el país más “rico en recursos hídricos” sea “incapaz” de proveer a la región más poblada del país el suministro del recurso en cantidad y calidad aceptables para su consumo.
De acuerdo a información disponible, el sistema de abastecimiento del Área Metropolitana de Caracas fue concebido para aportar 21.000 LPS (litros por segundo) y solo está aportando 14.000 LPS, operando con los sistemas Tuy I; Tuy II y Tuy III construidos en el período 1950-1970 y mejorados entre 1980 – 1990. El sistema Tuy IV, obra destinada al aseguramiento de la capacidad de bombeo de 21000 LPS, no fue construido.
Najul señaló: “con esa infraestructura y operando eficientemente Caracas podría estar recibiendo (…) 400 LPS. Pero, según información de expertos en el sector, solo se están bombeando 6. 000 LPS, menos que en 1999”.
El biólogo Alejandro Luy documentó que los “sectores populares” no pueden costear un camión cisternas, por ello se ven casos de personas de la tercera edad que tienen que ir hasta un lugar específico para colectar agua en tobos y bidones, aunque en lugares como el “23 de enero” los ancianos tienen que pagarle a jóvenes para que les ayuden a subir el agua.
Una paradoja: rodeados de agua, pero no sale nada del grifo
La coordinadora de monitor social, Roxana Roselli, informó que Nueva Esparta es la única isla del Mar Caribe que se abastece desde tierra firme, “el suministro está condicionado a un cronograma de distribución por municipios y sectores, este calendario es rotativo y ocurre una vez al mes, esto quiere decir que los habitantes de cada municipio reciben el vital líquido cada 30 días (en algunos casos se ha postergado 15 días más). En el Estado Nueva Esparta hay sectores que históricamente no reciben agua por tuberías.”, explicó la experta.
Según Roselli, el hecho de que los habitantes reciban el servicio de agua potable una vez por mes da cuenta de la gravedad de la situación y que se debe a una falta de inversión en mantenimiento preventivo.
Al igual que Roselli, el estudiante Ricardo Carvajal, asegura que hay sectores donde el agua no llega directamente a las tuberías de sus casas, ante esta situación “tienes que utilizar mangueras y/o tobos para acudir al punto más cercano de distribución para poder llenar los tobos que dispongan y poner en juego la capacidad motriz y de fuerza que disponga la persona para transportar los mismos al momento de llenarlos y retornar a casa”, denunció..
Las quejas de la población no solo están relacionadas con el servicio de agua potable que “no llega”, sino que el líquido que sale de las tuberias no cumple con las condiciones para el consumo.
Igualmente, en una gran cantidad de sectores de las parroquias del municipio Caroní (Estado Bolívar) se padecen estas situaciones. En sectores como Bella Vista y Vista al Sol en San Félix, vecinos reportan que la interrupción en el suministro de agua, puede tardar hasta diez días, por lo que los pobladores se ven en la necesidad de comprar agua a través de camiones cisternas.
La región zuliana afectada
En el municipio Maracaibo, el agua se procesa a través de tres plantas de potabilización: la planta Alonso de Ojeda (Planta C), que se alimenta por bombeo desde las fuentes Tulé-Manuelote para almacenar y distribuir una capacidad máxima de 7.200 LPS para toda la ciudad y poblados vecinos; la Planta B, con una capacidad de 1.200 LPS para tratar el agua del campo de pozos para sectores del municipio San Francisco y la planta Wüinpala de 3.600 LPS para el noroeste de Maracaibo y comunidades al noreste del estado Zulia. Esto implica un umbral máximo de potabilización que suma alrededor de los 12.000 LPS, aparentemente suficientes para cubrir las demandas de la población.
Sin embargo, en diversos sectores se han presentado protestas que exigen el suministro, los habitantes reseñan que pasan días o meses esperando el agua. La Guajira venezolana, al norte del Estado Zulia, es catalogada como la zona más dramática por desabastecimiento.
Por otra parte, en materia de saneamiento, la situación es compleja: se cuenta con una red de saneamiento sin mantenimiento; bombas, válvulas y tuberías con un tiempo de vida útil vencido, sin posibilidad de ser reemplazadas y plantas de tratamiento desmanteladas. Además, se estima que casi la totalidad de los desechos cloacales son vertidos en los cursos de agua sin ningún tipo de tratamiento generando los problemas sanitarios y ambientales.
Adicionalmente se debe considerar la falta de planificación y gerencia en este sector. Un caso notorio es el Proyecto Saneamiento del Río Guaire que comenzó en 2005, para el cual se obtuvieron recursos de 370 millones de dólares y de las 30 obras programadas, el 80% están paralizadas.
Soluciones frente a la calamidad
Aula Abierta propone que se rehabilite la infraestructura del servicio agua potable y saneamiento (APyS), además de reinstitucionalizar la corporación empresarial creada para la gestión del sector, conformada por la Compañía Anónima Hidrológica de Venezuela (C.A HIDROVEN) y sus Empresas Hidrológicas Regionales (EHR).
Asimismo, se propone la incorporación de la investigación y desarrollo tecnológico como soporte para la toma de decisiones en la gestión integral del APyS y del criterio de suficiencia financiera.
Esto implica desarrollar y aplicar planes de mantenimiento o sustitución de piezas a la red de distribución, así como también se requiere una actualización tecnológica y equipamiento de las plantas potabilizadoras.
Ejecutando estos cambios, más el empleo de estrategias de desarrollo y alianzas con universidades, centros de investigación y empresas, se podrá mejorar este servicio para la población.