El Museo del Mar de la Universidad de Oriente está a oscuras

El deterioro de los espacios universitarios es evidente y se ha agudizado desde hace un año por la pandemia del COVID-19. El Museo del Mar de la Universidad de Oriente (UDO) no escapa de esta realidad, lo cual preocupa al personal que labora en la institución ya que, actualmente, el 70% de las instalaciones no tienen electricidad.

La directora del Museo del Mar de la UDO, Johanna Fernández, destacó que la falta de servicio eléctrico es consecuencia de la acumulación de ciertos problemas que se vienen presentando desde hace más de un año, al comenzó de la cuarentena, cuando se averió el transformador que surte al edificio del Complejo “Luis Manuel Peñalver”, donde se encuentra el Museo.

“La Universidad de Oriente (…) no es prioridad para el Estado, menos en tiempos de pandemia, así lo expresaron los trabajadores de Corpoelec al personal de Servicios Generales y de Vigilancia del Complejo, cuando acudieron a reparar el transformador, después de numerosas llamadas y denuncias”, indicó la directora. Sin embargo, para febrero de 2021, el problema nuevamente se presentó y hasta ahora, no ha sido solventado.

La crisis eléctrica se agravó con el último acto vandálico ocurrido en el Museo del Mar, el pasado 16 de junio, cuando unos sujetos violentaron la puerta de acceso a los depósitos donde se encuentra el cajetín de la brekera central del edificio.

Fernández señaló en entrevista para Aula Abierta, que los “antisociales cortaron todo el sistema de la cables, lo que indica que “el solventar el problema se hace más cuesta arriba, porque ahora no hay cables”.

El 30% de los espacios donde hay electricidad el servicio es deficiente, lo que interrumpe el funcionamiento en las semanas de flexibilización. Esta situación ha desmotivado los trabajadores e igualmente ocurre con las visitas, lo que ha traído como consecuencias el abandono, no solo al Museo, sino a todas las dependencias que hacen vida en el Complejo.

Esta situación afecta también al personal de vigilancia, ya que en las noches el recinto queda casi a oscuras y temen por su seguridad, debido a que está ubicado en una zona de alto riesgo.

Afecciones a la comunidad estudiantil y a la investigación científica

Las afectaciones a la academia e investigación, a causa de la suspensión del sistema eléctrico, son considerables, lo que ha traído como consecuencias la casi inoperatividad en las actividades y programas regulares que el Museo ofrece, tales como visitas guiadas, cursos, talleres, charlas educativas, investigación científica, procesamiento de muestras biológicas, entre otras, debido a que es imposible trabajar sin energía eléctrica.

“Por tal motivo, en términos generales, es casi imposible continuar la labor académica, científica y de divulgación que nos caracteriza, disminuyendo la productividad de esta importante Dependencia”, así lo señaló Johanna Fernández al equipo de Investigación de Aula Abierta.

Esta situación que atraviesa el Museo del Mar, repercute a la comunidad udista que se beneficiaba de los espacios para la realización de sus actividades académicas, tal es el caso de la Escuela de Ciencias y el Instituto Oceanográfico de Venezuela, donde han tenido que buscar otras alternativas para ver sus clases y realizar sus prácticas.

Cabe destacar que durante el mes de marzo del presente año, el Museo comenzó a realizar actividades de acondicionamiento y mantenimiento de las colecciones biológicas y salas de exhibiciones, lo cual no se ha podido culminar por el problema de electricidad.

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