Deterioro, deserción, invasiones y crimen ecológico en las universidades: efectos de una asfixia presupuestaria

Foto: Archivo.

La asfixia presupuestaria de hasta un 99% en las universidades públicas venezolanas, inducida por el Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria (MPPEU), afecta exponencialmente hasta la función de contribución significativa a la conservación de la biodiversidad y del ambiente en general.

En Venezuela, las universidades tienen espacios dentro de sus campus sedes en los que ejercen actividades directa o indirectamente relacionados con los derechos ambientales. Es por ello que Aula Abierta, con el apoyo del ‘National Committee of the Netherlands’, preparó un informe preliminar para documentar la situación de los espacios ambientales. En la investigación se encontraron que los, al menos, 14 predios existentes tienen graves problemas.

El informe reseña el estado de las 31 áreas de conservación in situ  –función de conservar la diversidad biológica, tal como ella es en la naturaleza–, entre las cuales 6 tienen condiciones favorables, 7 han sido sometidas a continuos hurtos, 9 sufren por el déficit presupuestario, 5 han sido vandalizadas, 3 tienen amenazas constantes de incendios, 8 han sufrido o tienen problemas latentes de invasiones u ocupaciones ilegales y en 3 se desconoce su situación.

Además, aborda una descripción de los 21 sitios de conservación ex situ –fuera de sus ecosistemas naturales, es decir artificiales, situaciones donde interviene activamente la mano humana–. En este caso los investigadores encontraron que solo uno de estos presenta condiciones favorables para trabajar, 4 presentan problemas por falta de presupuesto, 16 denuncian constantes hurtos, 5 han sido incendiados, 13 han sido vandalizados y 3 tienen problemas con invasiones u ocupaciones ilícitas.

El informe presentado por Aula Abierta también detalla una serie de hechos que han causado que la situación de las áreas conservadas e institutos afecten cátedras relacionadas con estudios universitarios de pregrado y postgrado.  El mayor problema se origina porque los cuerpos de seguridad del Estado no han atendido oportunamente las denuncias realizadas por las autoridades universitarias sobre los actos vandálicos.

Inclusive, se denuncia que la Estación Experimental Caparo de la Universidad de Los Andes (ULA) ha sufrido un ataque reiterado, al borde de que las especies “Mono Araña” y “el Jaguar” –que se encuentran en peligro de extinción– son cazadas.

Deterioro progresivo de los espacios de conservación ambiental

Según reseña el informe, el Instituto Experimental Jardín Botánico “Dr. Tobías Lasser” de la Universidad Central de Venezuela (UCV)es uno de los dos Jardines Botánicos en el mundo que forman parte de un Sitio de Patrimonio de la Humanidad. Dentro de él funciona una biblioteca especializada en temas botánicos y un herbario con la referencia más completa de flora de Venezuela. Sin embargo, desde el 2014 comenzó el deterioro agudo de este centro de investigación, situación que se agravó aún más en el 2017, con el inicio de los actos vandálicos.

En el Jardín Botánico Universitario de Maracay “Prof. Baltasar Trujillo” de la UCV, el estrato medio y bajo del bosque (sotobosque) ha desaparecido, producto del abandono y falta de mantenimiento, como consecuencia de los escasos recursos de la universidad. Durante los últimos años, el mantenimiento ha sido financiado por algunos profesores que hacen vida en el Instituto de Botánica Agrícola y en otras ocasiones por jornadas de mantenimientos realizados por las alcaldías y gobernación del estado Aragua.

La situación en la que se encuentra este jardín es similar al instituto experimental, pues no se está cumpliendo la conservación, investigación ni educación por la falta de presupuesto y ataque del hampa.

Cabe destacar que las especies del sotobosque están siendo desplazadas por malezas. En cuanto a la investigación y educación, no se les ha podido dar continuidad debido a que las malezas no permiten dar acceso a las áreas del jardín; incluso, cátedras como “Morfoanatomía Vegetal” y “Botánica Sistemática” son directamente afectadas, puesto que muchas de las prácticas de campo no pueden realizarse en dicho jardín, por encontrarse prácticamente intransitable, situación que ha afectado, al menos, a 100 estudiantes de las referidas cátedras.

Sin alumnos y profesores en la UDO

En cuanto al tema de afectación a la educación de calidad, la Universidad de Oriente es una de las más impactadas, ya que la deserción estudiantil y la migración de docentes va en aumento. El escenario, específicamente en el Núcleo de Sucre, se califica de apocalíptico, pues apunta a la clausura inminente de esta alma mater, ya que el Departamento de Biología, que educaba cerca de 200 estudiantes en la década de los 90; ahora, escasamente llega a los 40 alumnos.

Adicionalmente, los docentes que aún quedan laborando lo hacen por mística, algunos ya en edad de jubilación, instruyendo a unos pocos estudiantes, en salones denominados “petroaulas”, los cuales permanecen con iluminación deficiente y sin aire acondicionado.

Hay estudiantes que han abandonado sus Trabajos Especiales de Grado, por no tener facilidades para sus muestreos, por falta de transporte, reactivos, instrumentos y equipos básicos, o porque sus tutores han decidido abandonar el país buscando mejoras socioeconómicas.

Actualmente, todos los proyectos se encuentran suspendidos, en espera de que el Consejo Universitario tome una decisión por las pérdidas materiales y el abandono del personal docente y científico; de hecho, sólo 8 de los 28 profesores de planta tienen sus cátedras activas; de los 20 restantes, 5 renunciaron; situación que ha provocado que sólo se inscribieran 2 en el último semestre, cuando antes el promedio era de 12. Estos estudiantes no reciben instrucción docente práctica por las condiciones deplorables en las que se encuentran los laboratorios, además las salidas de campo, el 80% de las prácticas de campo no se pueden llevar a cabo.

Hechos irregulares en los campus

El Bosque Universitario del Núcleo Rafael Rangel (NURR) de la Universidad de Los Andes (ULA) ha sufrido múltiples hechos irregulares que han mermado considerablemente su situación y que representan un riesgo para la conservación del mismo. Según el Profesor Jubilado de Ecología del NURR, Rafael Urosa, los hechos se han agravado en los últimos 8 años, por cuanto un porcentaje significativo de las hectáreas cubiertas por el bosque se han visto afectadas por incendios, tala, siembras o conucos familiares, además, éstas sirven de alojamiento a más de 40 personas invasoras, distribuidas en todo el terreno que conforma la Universidad.

Una de las invasiones más importantes ocurrió en 2017. En este caso, más de 20 hectáreas fueron invadidas, contando con siembras de maíz, de yuca, caraotas, plátanos, aguacates y cítricos.

Po otra parte, en la ULA, la Estación Ecológica “Reserva Forestal de Caparo” también ha sufrido invasiones,desde el 2004 hasta la actualidad, se han perdido aproximadamente 900 de 7.000 hectáreas.

No obstante, el panorama de hechos irregulares se extiende a otras instituciones del país como a la Unidad Académica “La Tuquerena” de la Universidad Nacional Experimental de Táchira (UNET).

Según testimonio de José Argenis Guerrero, coordinador Operativo de la Unidad Académica, han ocurrido hechos de inseguridad y robos de materiales. En total, en el área de los cochinos les han robado 10 lechones y la bomba para lavar la cochinera; en otras zonas, se han robado 9 ovejos, maquinaria agrícola como desmalezadoras, así como aires acondicionados y televisores.

Asimismo, Guerrero denunció que cuando los miembros de la unidad están próximos a realizar cosechas suelen ser robados los productos de cultivos y que además pobladores de un caserío cercano, sin ningún tipo de permisología, han sembrado en un potrero dentro de la finca, sin respetar el terreno de la universidad.

La problemática es tan grave en esta casa de estudios que miembros de la universidad se abstienen de denunciar los hechos vandálicos que ocurren con frecuencia por temor a que los priven de libertad, la razón es porque según declaraciones del Rector de la UNET, Raúl Casanova, en una oportunidad presentaron ante los cuerpos de seguridad una denuncia por el robo de unos televisores y aires acondicionados de las plantas de producción y de las aulas; sin embargo, resultaron detenidas las propias denunciantes adscritas al personal administrativo de la universidad, por considerárseles sospechosas, luego de ello, no se resolvió el incidente.

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