Rafalli: “El Estado venezolano no sería capaz de garantizar la alimentación de, al menos,el 31% de su población”

Foto: americasquarterly.org

Las vulneraciones al derecho a la alimentación son cada vez más notables, debido a que el Estado no garantiza un sustentodigno y suficiente para la población. Susana Rafalli, defensora de Derechos Humanos, especialista en Nutrición pública y Seguridad Alimentaria, aseguró que “la oferta alimentaria a nivel nacional ha disminuido extraordinariamente. El Estado venezolano no sería capaz de garantizar la alimentación de al menos un 31% de su población”.

Rafalli indicó que, si se repartiera en estos momentos la dispensa nacional disponible en el país, quedarían sin comer tres de cada 10 venezolanos, debido a la destrucción masiva de las capacidades del aparato productivo nacional y la priorización en las importaciones de alimentos.

“Para todos es conocido la situación penosa de la alimentación entre población privada de libertad, la poca capacidad del estado de mantener su obligación de garantizar una alimentación digna y suficiente en los presidios, en los consejos de protección, en los hospitales públicos, pero también no ha sido un Estado capaz de proteger a Venezuela del efecto de las sanciones económicas”, detalló para Aula Abierta, Rafalli.

Además, la Defensora de Derechos Humanos habló sobre lo difícil que resulta conseguir el alimento hoy en día en la población venezolana. “El acceso físico y económico al alimento está extraordinariamente resquebrajado, en los últimos meses, sobre todo, hemos tenido limitaciones para tener combustible y poder ir a comprar los alimentos o para poder producir, hemos tenido limitaciones en el acceso al gas doméstico para cocinar, pero especialmente hemos tenido limitaciones para el acceso económico al alimento por la hiperinflación desmedida y por la pérdida del valor del trabajo, ahora mismo con un salario mínimo compras solamente el 0,4% de la canasta básica”, expresó Rafalli.

La escasez de gasolina afecta la producción y el acceso a los alimentos. Los venezolanos luchan incansablemente para poder realizar una compra por el acceso limitado del combustible.

La pandemia desestabilizó la economía mundial

La aparición de la pandemia del Covid-19 provocó un impacto económico en Venezuela y el mundo, debido a la paralización de las actividades productivas. Los países en los que un gran porcentaje de la población depende del comercio informal para poder generar ingresos son los más afectados, a eso se le suma que gran parte del sistema sanitario que garantiza acciones preventivas por la nutrición y los servicios de protección y recuperación de enfermedades relacionadas con la alimentación también se deterioraron.

“Fueron servicios en los que la oferta de capacidades se centró mucho en Covid, fueron servicios en los que la población misma sintió miedo de acudir por el miedo al contagio, pero además, a nivel macro, las restricciones y las medidas sanitarias disminuyeron un poco el movimiento del comercio internacional de alimentos, así que poblaciones como Venezuela, que dependen mucho de las importaciones, también sufrieron un deterioro en la importación de alimentos y sobre todo en la calidad de alimentos que se estaban importando (…), Cáritas de Venezuela acusó el incremento de hasta 73% en los niveles de desnutrición que teníamos prepandemia”, explicó Rafalli en entrevista para Aula Abierta.

De esa situación no escapan los universitarios, quienes atraviesan una profunda crisis, con sueldos por debajo de los estándares de pobreza extrema según el índice de Naciones Unidas.

Organizaciones han divulgado informes sobre las violaciones al derecho a la alimentación

Las distintas organizaciones de derechos humanos, los observatorios académicos, organizaciones de investigación y organizaciones humanitarias han discutido a través de foros públicos e informes acerca de las constantes violaciones al derecho a la alimentación en Venezuela.

“Nosotros siempre hemos hecho llegar los informes a las oficinas competentes y hemos participado en reuniones de coordinación con las instituciones del Estado. Siempre hemos tenido la oportunidad de conversarlo, hemos tenido la posibilidad de analizar alternativas de coordinación para atender estos problemas y estamos pendientes de continuar con mesas de trabajo para tratar de mejorar los mecanismos de protección del Estado con una focalización más rigurosa y con una mayor posibilidad de que las organizaciones humanitarias puedan contribuir para garantizar que la ayuda humanitaria que llega y se canaliza a través del Estado pueda tener la cobertura apropiada con nuestro apoyo”, concluyó Rafalli.

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